jueves, 16 de febrero de 2012

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  Todo comienza hablando sobre barrabas, un perro grande y legendario para aquella familia, Clara es una niña hipersensible que desde muy temprana edad se destacó por sus poderes sobrenaturales como el de  hacer que las cosas se movieran por sí misma como si tuvieran vida y predecir el futuro. Y con esta escribía las cosas impresionantes y las triviales.

  Rosa, su hermana, una mujer de una belleza inhumana, tan hermosa como un ángel, falleció. Rosa estaba comprometida con Esteban Trueba, un esforzado hombre que trabajaba juntando dinero para casarse con ella en unas minas en el norte del país.

  Después de la muerte de Rosa la, Clara no volvió a hablar hasta nueve años más tarde.
Esteban, al morir Rosa, se queda viviendo en la ciudad, pero ya al cabo de un tiempo y cansado de la miserable vida en la ciudad, decide irse al campo un terreno llamado Las Tres Marías, que por el paso del tiempo estaba convertido en una ruina. 

  En el campo, conoció a Pedro García y a su hijo Pedro Segundo García y  puso a trabajar a los campesinos como nunca lo habían hecho, y él así con tanto trabajo no lograba olvidarse de Rosa. Se dio cuenta que necesitaba una mujer para satisfacer sus deseos sexuales pero en lo que la encontraba violó a Pancha García, quien tenía quince años y era virgen hasta que Esteban abusó de ella. Luego de esa tarde, Esteban la llevó a vivir a la su casa, como sirvienta, donde siguió disfrutándola por algún tiempo hasta que Pancha, con un estado maternal notable, abandonó la casa patronal y volvió a vivir con sus padres. Pancha llamó a su hijo Esteban, al igual que su padre.
Esteban se convirtió en el patrón más respetado de la zona. Los campesinos todavía vivían en los tiempos de la colonia, nunca habían oído hablar de sindicatos ni de domingos festivos ni de sueldo mínimo, pero ya empezaban a infiltrase en el fundo delegados de los nuevos partidos de izquierda.

  Una vez Esteban, cuando buscaba placeres, prestó cincuenta pesos a Tránsito Soto, una prostituta que trabajaba en el Farolito Rojo pero que quería surgir en la vida. Ella prometió que se los pagaría. Esteban pensó que nunca más la volvería a ver.
Poco después Esteban recibió una carta de su hermana Férula que decía lo grave que estaba su madre y que estaba muriendo. Entonces Esteban pensó que era el momento preciso para volver a la capital luego de nueve o diez años que había estado en Las Tres Marías.

Esos días Claro volvió a hablar solo para decirle a su familia que se casaria con Esteban.
Antes de morir doña Ester Trueba, su madre, hizo prometer a su hijo que se casaría con una mujer decente y cristiana. 

  Entonces Esteban decidió ir a visitar a la familia Del Valle, la familia de rosa, para ver si les quedaba alguna hija soltera. Es entonces cuando los Del Valle recordaron lo que había dicho Clara cuando volvió a hablar.
Clara lo estaba esperando, y lo aceptó sin conocerlo. Dejaron pasar algunos meses por respeto al duelo de Esteban y a fin de año anunciaron su noviazgo de forma oficial.
El año siguiente transcurrió con los preparativos para la boda. Esteba puso a trabajar una cuadrilla de albañiles para construir una casa sólida que luego la llamarían “la gran casa de la esquina”.

  Apenas terminó el duelo y estuvo lista la casa, se casaron en una discreta ceremonia y se fueron de luna de miel a Italia durante tres meses.
Al volver se fueron a vivir a la gran casa de la esquina junto con Férula, quien sería la persona que cuidaría a Clara durante su embarazo, aunque a Esteban eso le desagradara.
Esteban pasó más de un año sin visitar Las Tres María y cuando lo hacía, Férula lo disfrutaba mucho pues se sentía mucho más cerca de Clara.

  Esteban quería un hijo hombre para que su apellido se mantuviera por generaciones, pero Clara dijo “Es una niña y se llama Blanca”. Esteban, al nacer Blanca, estaba decepcionado ya que la pequeña que duro 10 meses en el vientre de clara no se le hizo tan agradable.

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